Villa O’Higgins a Cochrane
Distancia: 106 Km en bicicleta, 130 Km en camioneta
Partí desde Villa O’Higgins aprox. a las 9:00 am, una hora antes de lo recomendado por el dueño de la hostal para poder ir más tranquilo.

Camino de Villa O'Higgins a Río Bravo
La primera parte del camino estaba en buenas condiciones, así que pude avanzar rápido. Inicialmente se sube paralelo al Río Mayer hasta llegar al puente que lo cruza. Se avanza bordeando el lago Cisnes por algunos kilómetros.

Villa O'Higgins a Río Bravo
Desde allí el camino se hace más áspero mientras sube hacia un paso entre cerros, para llegar, luego de una bajada con muchas curvas, -a orillas de las cuales se ven grupos de huemules- al valle del Río Bravo, al lugar donde Hidroaysén trabaja en la construcción de caminos para las centrales hidroeléctricas de los ríos cercanos, las que, se supone, aún no han sido aprobadas.
El río Bravo desemboca en el fiordo Mitchell, lugar en el que una barcaza cruza para poder llegar a Puerto Yungay, que es campamento del CMT, no un pueblo.

Barcaza para cruzar el Fiordo Mitchell
La barcaza sale desde Río Bravo a Puerto Yungay tres veces al día, a las 11:00, 13:00 y 19:00, por lo que tuve que avanzar muy rápido. Fueron 102 Km en 10 horas así que llegué exhausto al muelle, justo en el momento en que la barcaza estaba llegando. Me ofrecieron llevarme hasta Cochrane, lo que estuvo bien, pues esa parte del camino está en muy malas condiciones, y casi todo en subida.
Llegué a Cochrane pasado las 10:00 pm, así que fui directamente a buscar un lugar donde pasar la noche. Recorrí casi todas las hostales, pero estaban cerradas y con los dueños durmiendo (pasajeros me abrían la puerta, pero obviamente no podían darme alojamiento). Luego de casi una hora encontré un lugar donde había un encargado despierto y alojé allí.

No es Hollywood, es Cochrane
Cochrane es un pueblo bonito y pequeño, de típico aspecto sureño, con muchas casas de lata. Para nada enfocado al turismo (una constante en la patagonia Chilena) a pesar de su cercanía con el famoso Río Baker, la reserva Tamango, el lago Cochrane y con Campos de Hielo.
Al día siguiente busqué un lugar para comer, pero también me fue difícil encontrarlo. Alrededor de la plaza se encuentra sólo un café, y en la calle O’Higgins, que en la guía turística aparece como «área gastronómica» en toda su extensión, hay sólo un restaurant señalado por un pequeño cartel de madera tallada por una de sus caras (si vienes del otro lado no se ve).
Por suerte hay un cibercafé frente a la plaza (algo escondido tras un supermercado) así que pude actualizar el blog y revisar el email.
Sorprende la gran oficina de Hidroaysén, donde había un cartel señalando que se acercaba el fin del plazo para las postulaciones a las becas escolares.
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